imagen de Fracking en Argentina

Foto: OpSur

El fracking en Argentina no tiene más de diez años. A pesar de que la técnica existe desde hace 72 años globalmente, fue solo en 1998 que se logró la primera fracturación hidráulica comercial. Esta tecnología no convencional es utilizada para liberar hidrocarburos enquistados en rocas de muy baja porosidad y en grandes profundidades de la tierra.

Mediante inyecciones a altas presiones de agua, arena y químicos, se logra la liberación del gas o el crudo encerrado en las rocas. Este tipo de explotación también tiene otra característica: un uso muy intenso del territorio.

El fracking no constituye una fuente de energía limpia y renovable. Esto se debe a que fomenta el uso de combustibles fósiles, causantes de los gases de efecto invernadero. Y aunque existan reservas no convencionales en al menos 45 países en el mundo, solo cuatro de ellos producen shale gas o shale oil: Estados Unidos, Canadá, China y Argentina.

¿Qué es el fracking en Argentina?

La relación de Argentina con los hidrocarburos comienza en 1787 con el primer registro de brea en Alto Aguareño, Salta. Para 1907, se habla del descubrimiento de petróleo en la Patagonia. Desde entonces, la frontera hidrocarburífera se ha venido ampliando en la medida en que el petróleo se consolidó como eje central de la matriz energética global.

El fracking en Argentina está asociado al descubrimiento en 1931 de la formación sedimentaria de Vaca Muerta, Neuquén. Sin embargo, las técnicas de ese entonces no permitieron explotar las reservas. Pero, es desde el 2012, con la sanción de la Ley de Soberanía Hidrocarburífera en el país, que se habilita este tipo de actividad extractiva. Sin embargo, antes ya se habían registrado explotaciones experimentales.

El déficit de reservas de petróleo y gas natural

El fracking en Argentina es el primer ejemplo de este tipo de explotación en América Latina. El uso de esta técnica fue motivado por el déficit de reservas de petróleo y gas en el país. Otro factor determinante es el gasto que implica para el gobierno importar estos hidrocarburos, que llegó a representar el 10 por ciento del presupuesto nacional en 2010.

El uso de esta técnica extractiva en Argentina fue visto entonces como una promesa económica para liberar al país de la dependencia energética con el exterior.

¿Dónde se practica el fracking en Argentina? 

Hablar de fracking en Argentina es hablar de Vaca Muerta en la provincia de Neuquén. La reserva tiene una superficie de 30 mil kilómetros cuadrados, es decir, 145 veces la ciudad de Buenos Aires, o el 30 por ciento de la superficie total de Neuquén.

imagen de vaca muerta Argentina.

Foto: MercoPress

Según información de YPF, la principal petrolera estatal, “Vaca Muerta tiene un enorme potencial para la obtención de gas (308 TCF) y cuenta con importantísimos recursos de petróleo que alcanzan los 16,2 miles de millones de barriles, según el último informe del EIA 2013, lo que significa multiplicar por diez las actuales reservas de la Argentina”.

El fracking en Argentina se desarrolla en el noroeste de la Patagonia, conviviendo con los cultivos de manzanas y peras. Este yacimiento abarca cuatro provincias: Neuquén, Río Negro, La Pampa y Mendoza. La superficie de Vaca Muerta se subdivide en 200 áreas hidrocarburíferas, y estas áreas han sido concesionadas a distintas compañías para su puesta en producción.

Fracking en Argentina: El aspecto económico

Argentina cuenta con un Producto Interno Bruto (PIB) de aproximadamente USD $450 billones, uno de los más grandes de América Latina. El petróleo y el gas alcanzan casi el 90 por ciento del total de la oferta energética del país. Junto con la agricultura y la ganadería, la energía y la minería constituyen las principales actividades productivas de Argentina.

Enlace por la Justicia Energética y Socioambiental (EJES) elaboró un balance con perspectivas del fracking en Vaca Muerta. En el documento, se reconoce que, desde hace una década, el proyecto se mantiene en el centro del debate político y económico del país.

En su informe, EJES consolidó que “desde 2010 hasta 2018, las compañías tuvieron un flujo de efectivo negativo agregado de USD $181 mil millones. Debido a sus flujos de efectivo negativos, muchas compañías de petróleo y gas han recurrido a la deuda y a la emisión de capital para mantener sus negocios a flote“.

Fractura hidráulica y endeudamiento

Subsidios gubernamentales y endeudamiento de las empresas son las principales características que acompañan la expansión del fracking en Argentina. Incluso empresas como YPF y Tecpetrol han precisado más financiamiento en los momentos de mayor actividad.

En los primeros ocho años de actividades en Vaca Muerta, el 55 por ciento de la financiación de YPF fue por endeudamiento. Por su parte, Tecpetrol tuvo financiación por endeudamiento del 77 por ciento para el mismo período. Este endeudamiento fue la principal fuente de financiación de sus inversiones en los primeros años de Vaca Muerta.

Los altos porcentajes de endeudamiento también están presentes en las proyecciones de estas dos empresas que explotan hidrocarburos con fracking en Argentina. En los próximos años, los vencimientos por endeudamiento se estiman en 10.000 millones de dólares. Esto agrega tensión al problema del endeudamiento del Estado Nacional y de las Provincias, ya que los dólares necesarios para atender esos compromisos salen de la misma bolsa: las reservas del Banco Central.

Subsidios para Vaca Muerta aumentan

Los subsidios del Gobierno han sido determinantes para el avance del fracking en Argentina. Entre el 2014 y el 2015, en asociación con Chevron, YPF invirtió USD $3.270 millones, y percibió el 42 por ciento de los subsidios estatales al sector en ese período.

Los subsidios entregados por el gobierno están pensados para que las empresas extractivistas puedan cubrir sus gastos operativos, acción que demuestra que su rentabilidad requiere de estos incentivos. En 2017, por ejemplo, los subsidios para la actividad de YPF representaron el 79 por ciento de los ingresos operativos y el 100 por ciento de sus ingresos netos.

Con este panorama, los subsidios para el fracking en Argentina siguen aumentando. Al comparar los gastos ejecutados en marzo del 2020 con los del año anterior, se denota que hay una tendencia creciente. En moneda nacional se presenta un aumento del 132 por ciento y en dólares un aumento del 72 por ciento.

Fracking en Argentina: ¿Equivocación económica, social y ambiental? 

Argentina, junto con el Banco Mundial, busca reducir los impactos del cambio climático apostando por las energías renovables. Pero el proyecto Vaca Muerta pone en duda la visión económica, social y ambiental del país. Además, minimiza los esfuerzos de Argentina por reducir los gases de efecto invernadero y su aporte a la disminución de la crisis climática actual.

La inversión extranjera también mira Vaca Muerta con cautela. Infraestructura inadecuada, un escenario de demanda cada vez más incierto por el crecimiento de las energías renovables, los retrasos en las operaciones y la dependencia de los subsidios gubernamentales, forman un panorama abrumador para los inversionistas extranjeros.

imagen de hombre sentado mirando un mapa de vaca muerta

Además, desde finales de los 90, en Vaca Muerta se vive la estigmatización de la lucha social de comunidades por su territorio. Es el caso de las comunidades Mapuche en Neuquén. Represiones policiales, deslegitimación de sus demandas, el aumento de fuerza pública y de personal de seguridad en la zona han sido la respuesta del fracking en Argentina a las demandas de las comunidades. 

Voceros del los Mapuche en Vaca Muerta sienten que el fracking en Argentina reventó su territorio sin medir consecuencias ambientales, sociales y económicas. Relatan que el fracking desplazó los cultivos de peras en la localidad de Añelo por regalías. Y expresan su sentimiento que la actividad hidrocarburífera perforó su territorio para negar su existencia. El fracking en Argentina tiene que parar. 

gráfico sobre el Fracking en Argentina y por qué tiene que parar